Una chica famosa me habló por una red social, Me dijo que me había visto
un par de veces en la Blondie, en realidad no lo recuerdo.
No le tome mucha atención, y me hablaba no en plan de nada
más que amistad. Es muy linda para que se fije en un tipo como yo, esas cosas
no pasan. Hablamos por varios días, de hecho, le mostré los
mensajes a una amiga porque no me creía cuando le conté.
Un día en la mañana muy temprano me habló, me dijo que
andaba en el gimnasio, me mandó la foto sexy típica pal Instagram, esa onda, Yo
pensé en mí, ¿que wea la mina?, no me aguante y le pedí
el whatsapp, y me lo dio.
Seguimos hablando seguido por whatsapp, me dijo que vivía
cerca de mi trabajo y la invite a almorzar comida china un día de semana. Ese
día estaba nervioso esperándola, ya que no nos conocíamos en persona, se veía
muy linda ese acalorado día con su melena blonda, su vestido floreado y su piel
canela de bronceado, no le pedí ni una foto ni weas, ¡como tan weon!, a ver si
me cacha que no me importa ni su fama, ni sus fans, ni su coqueta forma de mirar.
Almorzamos juntos, hablamos caleta, era como hablar con un
amigo de años, cagaos de la risa, mismas tallas mismo humor, yo dije entre mí,
Calma, ¡no la cagues!
Me contó de sus problemas psicológicos, sus traumas de infancia, sus ideas de la vida como mujer,
sus alegrías,etc. Se desahogó conmigo ese día almorzando, Terminamos de comer, pagamos
y salimos.
Ya en la calle la invite a fumar un caño en la plaza, ella
aceptó, y nos sentamos en un parque. Le conté un poco de mí vida, esa chica era muy
simpática. Con tres quemadas quedamos en júpiter de drogados, no quiso más, por
suerte viejo zorro, pase a comprar agua mineral.
Volado se me quito el miedo y toda la cagada mental que
tenía en la cabeza, nos besamos. Por dentro pensé, “Valió
la pena gastar dinero en ese cañito”.
Cacho la hora en mi teléfono, y juntos caminamos de vuelta
pa mi pega, conversando como dos amigos, como si nada hubiera pasado, la chica
me fue a dejar al trabajo, me vieron unos tipos de la oficina, además de mi
jefe. Cuando me despedí de ella con un beso, me tomo la mano y se acercó a mi oído,
Y quedamos de vernos en la tarde después de la pega en su casa, éramos como
niños planeando una aventura, un viaje, una locura, de esas que valen la pena.
Mientras estaba en la pega, solo pensaba en que llegara la
hora de salir de ahí y llegar a su departamento, así aprovechaba de llevarle
una botella de licor y comprar más hierba.
Ya afuera de su departamento, a la hora acordada, toco el
timbre. Y ahí estaba, ebria, drogada, en ropa interior, con el maquillaje
embarrado en su cara, y llorando a mares. Solo me quedó sentarme con ella en el
sillón, tratar de calmarla y contenerla hasta que se quedó dormida, mientras
susurraba el nombre de su ex. Tomé mi bolso, la botella de licor y me fui en
dirección a un bar, mientras pensaba en lo triste y agotador que es vivir
algunas vidas.
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