miércoles, 1 de febrero de 2017

Ropa

¿Y si nos vamos de este lugar?

Me dijo al oído con voz delicada, pero decidida.

La mire a los ojos y le respondí con una mirada de incredulidad. Me tomó de la mano y nos fuimos a la calle a tomar un taxi. No paso ni una wea, así que caminamos a un paradero, por suerte había una botillería abierta.

Nos quedamos esperando que pasara algo en que irnos a su casa, muertos de frío con una petaca en la mano, hablándole puras tonteras que ya ni recuerdo.

Finalmente, llegamos de amanecidas a su casa en un taxi, ni recuerdo cuanto me salió, solo recuerdo que el taxi me cobro caro.

Entramos a su casa y ella puso música, me dijo que iba a preparar algo para beber que la esperara en el living. Obviamente me quede raja dormido de lo borracho que estaba.

Cuando desperté al otro día, con un dolor de cabeza de los mil demonios y dolor de espalda por lo incomodo del sillón estaba tapado con una frazada.

Fui al baño a mear y lavarme la cara. Silenciosamente intenté salir de ese lugar, hasta me saque los zapatos para no hacer ruido. Cuando intento abrir la puerta de la entrada, la chica aparece y me invita a tomar desayuno. Mejor le pedí aspirinas y una cerveza.

Me prestó el baño, me duché, y me pasó ropa limpia de su ex. me quedaba un poco apretada.

Ya en la tarde, sentados en el comedor, comiendo ceviche, me dijo que tenía un carrete en la casa de un amigo y me invitó, porque le daba lata ir sola, de caliente le dije que sí.

Vimos tele, fumamos, hablamos, escuchamos música, tiramos, nos duchamos juntos y salimos donde su amigo.

Cuando llegamos, me di cuenta que el amigo no era en realidad el amigo si no que el ex.

Que imbécil me veía, sobre todo vestido con la ropa de ese weon.

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